Robin Gibb, uno de los tres componentes del grupo Bee Gees, ha muerto ayer domingo 20 de mayo tras una larga batalla con el cáncer. Gibb tenía 62 años de edad.
Su portavoz ha confirmado la muerte a través de un comunicado: “La familia de Robin Gibb, de los Bee Gees, anuncia con gran tristeza que Robin ha fallecido hoy [por ayer domingo] tras su larga batalla contra el cáncer y la cirugía intestinal. La familia ha pedido que su intimidad se respete en este difícil momento”.
Hace dos años, Gibb luchó contra el cáncer colon y de hígado, pero a pesar de lo que él llamó una “recuperación espectacular”, un tumor secundario desarrollado recientemente se complicó por un caso de neumonía. El cantante fue hospitalizado a mediados de abril y entró en coma. Aunque el cantante recuperó poco unos días después la conciencia.
Gibb nació en Manchester, Inglaterra, en 1949, junto a su hermano gemelo Maurice (que murió en 2003 por complicaciones intestinales). Junto a su hermano mayor Barry, los tres comenzaron a cantar como un trío en Australia, donde la familia se mudó en 1958. A pesar de los Bee Gees tuvieron cierto éxito en Australia - presentaban un programa semanal de variedades allí- no tuvieron realmente éxito hasta que regresaron a Inglaterra y firmaron con el manager Robert Stigwood.
A pesar de que se veía y sonaba como el más manso de los Bee Gees, Robin se convirtió en el rebelde de la familia. En 1969, él y Barry se pelearon porque quería emprender su carrera en solitario, y Robin, con entonces 20 años, fue declarado “bajo la tutela del Estado” porque su padre no podía hacerse cargo de ellos por su afición al alcohol y la fiesta. “Todo sucedió tan rápido que perdimos la comunicación entre nosotros”, recordó más tarde Gibb. "Fue una locura, realmente."
Pero fue también Robin quien, en 1971, hizo la primera llamada a Barry para hacer las paces y reunirsecon sus hermanos. La carrera en solitario de Robin se había estancado, y los intentos de Barry y Maurice para continuar los Bee Gees como un dúo habían fracasado también.
Cuatro años más tarde, en 1975 sus contribución musical a la película Fiebre del sábado noche los convirtió en grandes estrellas. En la mayoría de los éxitos de la época resalta la voz de falsete de Barry, pero mezcla de la voz de los otros hermanos voz seguía siendo indeleble.
Robin y Barry solían reunirse periódicamente (en 2003 murió Maurice). En el año 2010 hicieron una aparición en American Idol y fueron incluidos en el Rock and Roll Hall de la Fama. Hasta se habló de una gira del dúo, pero finalmente no se materializó. Robin, sin embargo, siguió en la música.
Con su hijo John, escribió una obra ambiciosa, El Réquiem de Titanic, una mezcla de piezas orquestales y vocales que cuenta la historia del accidente en el centenario de su hundimiento. “Es un tema serio y no es una ópera rock”, dijo Gibb antes de su debut. “Esto podría haber sido escrito hace 300 años”.
Con la Royal Philharmonic Orchestra, la obra se estrenó el 10 de abril en Londres, pero, Gibb, ya por su mala salud, no pudo asistir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario